miércoles, 25 de enero de 2017

TRUFAS, AUTOMOVILES Y PÌANOS


                       
Artículo escrito en junio del 2014 y publicado en Búsqueda. Varios lectores amigos creyeron que las propuestas de Marx y Lenin  sobre la dictadura del proletariado eran una broma mía, pero en realidad son transcripciones  casi literales  de “El Estado y la Revolución” de Lenin de 1917, traducido del ruso al español por varias instituciones académicas halladas en Internet.

 TRUFAS, AUTOMOVILES Y PIANOS.   
            El presente paper tiene por objeto demostrar en clave irónica o por el absurdo, que las  experiencias socialistas previas al Chavismo venezolano (Rusia, China, Vietnam, Cuba) fracasaron por no haber cumplido a cabalidad con todos los preceptos establecidos por Marx y Engels para llevar a cabo una revolución exitosa.
            La metodología empleada para confeccionar este artículo consiste  en transcribir casi literalmente,  los fragmentos principales de  “El Estado y la Revolución”, del famoso folleto de agosto de 1917 de Vladimir Lenin, sobre textos de Marx y Engels escritos entre 1848 (Manifiesto Comunista) y 1871 (La Comuna de Paris)      
            Comenzaremos el estudio con una carta de Marx a Weydemeyer,  del año 1852,  citada por Lenin,  en la que el filósofo expresa:   “ lo que yo aporté fue demostrar:
            1º Que la existencia de clases sociales va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción.
            2º Que la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado.
            3º Que esa misma dictadura es el tránsito a la abolición de todas las clases, hacia una sociedad sin clases”.
            El primer punto es conocido: un pasado idílico de comunismo primitivo  de cazadores y recolectores, luego la apropiación  de excedentes por algunos, la división del trabajo,  la aparición del gobierno como instrumento de dominación de una clase sobre otra,  la esclavitud, el feudalismo, el vasallaje y la servidumbre, la revolución burguesa contra la nobleza, la aparición del trabajo asalariado en el capitalismo,  y finalmente la revolución proletaria contra la burguesía,  que terminaría para siempre con la lucha de clases y el Estado.
            El segundo punto es también conocido. Millones de obreros y campesinos derrocan a un puñado de burgueses explotadores. La primera tarea de la revolución obrera será la conquista de la democracia y la transformación del proletariado en clase dominante  para ir arrancando a la burguesía todo el capital,  y centralizando todos los medios de producción en el Estado proletario organizado.
            Desmantelar el poder de la burguesía implica terminar con el Parlamento (reunión de charlatanes), la Prensa (vendida a los capitalistas) y el Poder Judicial (independiente sólo en apariencia, los jueces deberán ser elegidos públicamente y serán responsables y revocables.  
            La sustitución del Estado Burgués por el Estado Proletario será imposible sin una revolución violenta.  Un partido obrero, vanguardia del proletariado, deberá tomar el poder y conducir a todo el pueblo al socialismo.  
            Las recomendaciones de Marx y Engels  para el tercer punto, la etapa de la dictadura del proletariado, y comentadas por Lenin,  no son tan conocidas o han sido piadosamente olvidadas:
            No se puede transitar hacia el socialismo, hacia la sociedad sin clases, sin romper la máquina burocrático-militar del Estado,  sustituir el ejército permanente por el pueblo armado y  suprimir la burocracia enquistada en el poder durante siglos.
            Toda la población debe ejercer las funciones del gobierno, que se reducirán a simples operaciones de registro, contabilidad y control.  Todos los  funcionarios públicos serán reducidos a ser simples ejecutores de las  directivas del pueblo armado.      Todos los funcionarios públicos sin excepción tendrán completa elegibilidad y amovilidad en cualquier momento. Todos se  turnarán en  las funciones de gobierno para que todo el pueblo pueda participar.
            Todos los sueldos se reducirán al salario corriente de un obrero.  La reducción del sueldo al salario corriente de un obrero permitirá unificar los intereses de obreros y campesinos y conducir al socialismo, y en última instancia a la abolición de las clases y la existencia del Estado.
            Durante la dictadura del proletariado, (la etapa socialista como Marx y Engels  llaman a la primer etapa de la revolución), además de liquidar a la burguesía como clase,  habrá que educar al pueblo en hábitos de trabajo (el que no trabaja no come), encarrilar vagos y delincuentes, y lo más importante referido al trabajo, exigir a cada quién según sus capacidades.
            Para cada trabajador se llevará un control de horas trabajadas o bienes producidos, lo que generará un crédito para cambiar por productos en los almacenes del Estado.
            En la segunda etapa de la revolución, el comunismo propiamente dicho, las clases sociales habrán desaparecido, el Estado, como aparato de dominación de una clase sobre otra, se habrá extinguido, toda la sociedad será una sola oficina y una sola fábrica, con igual trabajo y salario igual.             Habrá asociaciones de productores libres, cooperativas agrarias, consejos municipales y de fábrica, comunas en diversos niveles y los hombres estarán tan habituados a las reglas de convivencia que trabajarán voluntariamente según sus capacidades. La sociedad no regulará la cantidad de productos que cada cual recibe. Todo hombre podrá tomar libremente lo que cumpla con sus necesidades.
            Lenin, no sin razón, se enojó bastante con aquéllos que se burlaron  diciendo que los socialistas prometían  a todos el derecho a obtener, sin el menor control del trabajo rendido, la cantidad que desearan de trufas, automóviles y pianos.






           

           
           



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