Artículo escrito en junio del 2014 y publicado en Búsqueda.
Varios lectores amigos creyeron que las propuestas de Marx y Lenin sobre la dictadura del proletariado eran una
broma mía, pero en realidad son transcripciones
casi literales de “El Estado y la
Revolución” de Lenin de 1917, traducido del ruso al español por varias
instituciones académicas halladas en Internet.
TRUFAS, AUTOMOVILES
Y PIANOS.
El
presente paper tiene por objeto demostrar
en clave irónica o por el absurdo, que las experiencias socialistas previas al Chavismo
venezolano (Rusia, China, Vietnam, Cuba) fracasaron por no haber cumplido a cabalidad
con todos los preceptos establecidos por Marx y Engels para llevar a cabo una
revolución exitosa.
La
metodología empleada para confeccionar este artículo consiste en transcribir casi literalmente, los fragmentos principales de “El Estado y la Revolución”, del famoso folleto
de agosto de 1917 de Vladimir Lenin, sobre textos de Marx y Engels escritos
entre 1848 (Manifiesto Comunista) y 1871 (La Comuna de Paris)
Comenzaremos
el estudio con una carta de Marx a Weydemeyer, del año 1852, citada por Lenin, en la que el filósofo expresa: “ lo
que yo aporté fue demostrar:
1º Que la
existencia de clases sociales va unida a determinadas fases históricas de
desarrollo de la producción.
2º Que la
lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado.
3º Que esa
misma dictadura es el tránsito a la abolición de todas las clases, hacia una
sociedad sin clases”.
El primer punto es conocido: un
pasado idílico de comunismo primitivo de
cazadores y recolectores, luego la apropiación
de excedentes por algunos, la división del trabajo, la aparición del gobierno como instrumento de
dominación de una clase sobre otra, la
esclavitud, el feudalismo, el vasallaje y la servidumbre, la revolución
burguesa contra la nobleza, la aparición del trabajo asalariado en el
capitalismo, y finalmente la revolución
proletaria contra la burguesía, que
terminaría para siempre con la lucha de clases y el Estado.
El segundo punto es también
conocido. Millones de obreros y campesinos derrocan a un puñado de burgueses
explotadores. La primera tarea de la revolución obrera será la conquista de la
democracia y la transformación del proletariado en clase dominante para ir arrancando a la burguesía todo el
capital, y centralizando todos los
medios de producción en el Estado proletario organizado.
Desmantelar el poder de la burguesía
implica terminar con el Parlamento (reunión de charlatanes), la Prensa (vendida
a los capitalistas) y el Poder Judicial (independiente sólo en apariencia, los
jueces deberán ser elegidos públicamente y serán responsables y revocables.
La sustitución del Estado Burgués
por el Estado Proletario será imposible sin una revolución violenta. Un partido obrero, vanguardia del
proletariado, deberá tomar el poder y conducir a todo el pueblo al socialismo.
Las recomendaciones de Marx y Engels
para el tercer punto, la etapa de la dictadura
del proletariado, y comentadas por Lenin, no son tan conocidas o han sido piadosamente
olvidadas:
No se puede transitar hacia el
socialismo, hacia la sociedad sin clases, sin romper la máquina
burocrático-militar del Estado, sustituir
el ejército permanente por el pueblo armado y suprimir la burocracia enquistada en el poder
durante siglos.
Toda la población debe ejercer las
funciones del gobierno, que se reducirán a simples operaciones de registro,
contabilidad y control. Todos los funcionarios públicos serán reducidos a ser simples
ejecutores de las directivas del pueblo
armado. Todos los funcionarios
públicos sin excepción tendrán completa elegibilidad y amovilidad en cualquier
momento. Todos se turnarán en las funciones de gobierno para que todo el
pueblo pueda participar.
Todos los sueldos se reducirán al
salario corriente de un obrero. La
reducción del sueldo al salario corriente de un obrero permitirá unificar los
intereses de obreros y campesinos y conducir al socialismo, y en última
instancia a la abolición de las clases y la existencia del Estado.
Durante la dictadura del
proletariado, (la etapa socialista como Marx y Engels llaman a la primer etapa de la revolución), además
de liquidar a la burguesía como clase, habrá que educar al pueblo en hábitos de trabajo
(el que no trabaja no come), encarrilar vagos y delincuentes, y lo más
importante referido al trabajo, exigir a cada quién según sus capacidades.
Para cada trabajador se llevará un
control de horas trabajadas o bienes producidos, lo que generará un crédito
para cambiar por productos en los almacenes del Estado.
En la segunda etapa de la
revolución, el comunismo propiamente dicho, las clases sociales habrán
desaparecido, el Estado, como aparato de dominación de una clase sobre otra, se
habrá extinguido, toda la sociedad será una sola oficina y una sola fábrica,
con igual trabajo y salario igual. Habrá
asociaciones de productores libres, cooperativas agrarias, consejos municipales
y de fábrica, comunas en diversos niveles y los hombres estarán tan habituados
a las reglas de convivencia que trabajarán voluntariamente según sus
capacidades. La sociedad no regulará la cantidad de productos que cada cual
recibe. Todo hombre podrá tomar libremente lo que cumpla con sus necesidades.
Lenin, no sin razón, se enojó
bastante con aquéllos que se burlaron diciendo que los socialistas prometían a todos el derecho a obtener, sin el menor
control del trabajo rendido, la cantidad que desearan de trufas, automóviles y pianos.