domingo, 22 de abril de 2018

CABO POLONIO


        21 de mayo de 2018
Bajar la carpa, la bolsa de dormir, el farol a mantilla. Comprar velas, hacer la mochila, armar el neceser con los remedios y el cepillo de dientes. Poner ropa de repuesto, los championes viejos. Pedirle a alguien que cuide al gato. Llenar el tanque del auto, buscar los mapas. Arrancar temprano. Manejar cuatro horas hasta la terminal del Polonio. Subir al camión. Media hora de bamboleo por las dunas. Sonreír a los gringos, preguntarles de dónde son. Arrastrar los bolsos y mochilas por las dunas hasta la cabaña. Hacer las camas, bombear agua al tanque, prender la garrafa, hacer el mate. Mirar el paisaje. Bajar al pueblo a comprar cosas, comer chipirones y buñuelos de algas, sacarse algunas selfies con los últimos restos de batería. Dormir la siesta. Llenar un bidón de seis litros con agua y ponerlo al sol para que se entibie un poco. Caminar hasta las rocas para ver las focas. Volver a la cabaña disfrutando del encanto de las casitas espontáneas. Prender las velas. Calentar media caldera de agua, mezclarla con el agua del bidón. Bañarse con un chorrito de agua tirando de una piolita. Ponerse ropa limpia.  Sentarse afuera a ver las estrellas. Decir algo filosófico sobre el espacio o el tiempo o ambos. Picar un salamín y un poco de queso. Buscar el saca-corcho y tomar vino. Contar las barajas. Jugar a la conga y la generala. Anotar los tantos con caracoles o porotos. Conversar de cualquier cosa. Decir que uno allí se desenchufa. Prender el fuego, hacer brasas, poner los chorizos. Mirar el fuego y pensar algo filosófico. Escuchar los alaridos de los lobos. Aguantar el sueño hasta las doce. Ponerse el piyama. Prender espirales. Apagar las velas. Dormir mucho mejor o peor que en la capital. Tal vez soñar. Levantarse a las seis a mirar la salida del sol. Preparar el mate. Bajar al pueblo a comprar cosas. Al cuarto día de esta rutina decidir volver. Limpiar la cabaña. Tirar la basura. Rehacer los bolsos. Arrastrarlos hasta el camión. Volver a la terminal con el bamboleo. Cargar el auto. Manejar cuatro horas. Reponer la nafta en La Paloma. llegar a casa. Ver que el gato está bien. Recoger el correo. Prender la tele, prender la compu, comprobar que el mundo no cambió mucho en cuatro días. Enchufar el celular.  Bajar al almacén. Saludar a los vecinos. Decir que pasamos divino. Que habría que ir más a menudo.