21 de mayo de 2018
Bajar la carpa, la bolsa de dormir, el farol a mantilla. Comprar
velas, hacer la mochila, armar el neceser
con los remedios y el cepillo de dientes. Poner ropa de repuesto, los
championes viejos. Pedirle a alguien que cuide al gato. Llenar el tanque del
auto, buscar los mapas. Arrancar temprano. Manejar cuatro horas hasta la
terminal del Polonio. Subir al camión. Media hora de bamboleo por las dunas.
Sonreír a los gringos, preguntarles de dónde son. Arrastrar los bolsos y
mochilas por las dunas hasta la cabaña. Hacer las camas, bombear agua al
tanque, prender la garrafa, hacer el mate. Mirar el paisaje. Bajar al pueblo a
comprar cosas, comer chipirones y buñuelos de algas, sacarse algunas selfies con
los últimos restos de batería. Dormir la siesta. Llenar un bidón de seis litros
con agua y ponerlo al sol para que se entibie un poco. Caminar hasta las rocas
para ver las focas. Volver a la cabaña disfrutando del encanto de las casitas
espontáneas. Prender las velas. Calentar media caldera de agua, mezclarla con el
agua del bidón. Bañarse con un chorrito de agua tirando de una piolita. Ponerse
ropa limpia. Sentarse afuera a ver las
estrellas. Decir algo filosófico sobre el espacio o el tiempo o ambos. Picar un
salamín y un poco de queso. Buscar el saca-corcho y tomar vino. Contar las
barajas. Jugar a la conga y la generala. Anotar los tantos con caracoles o
porotos. Conversar de cualquier cosa. Decir que uno allí se desenchufa. Prender
el fuego, hacer brasas, poner los chorizos. Mirar el fuego y pensar algo
filosófico. Escuchar los alaridos de los lobos. Aguantar el sueño hasta las
doce. Ponerse el piyama. Prender espirales. Apagar las velas. Dormir mucho
mejor o peor que en la capital. Tal vez soñar. Levantarse a las seis a mirar la
salida del sol. Preparar el mate. Bajar al pueblo a comprar cosas. Al cuarto
día de esta rutina decidir volver. Limpiar la cabaña. Tirar la basura. Rehacer
los bolsos. Arrastrarlos hasta el camión. Volver a la terminal con el bamboleo.
Cargar el auto. Manejar cuatro horas. Reponer la nafta en La Paloma. llegar a
casa. Ver que el gato está bien. Recoger el correo. Prender la tele, prender la
compu, comprobar que el mundo no cambió mucho en cuatro días. Enchufar el
celular. Bajar al almacén. Saludar a los
vecinos. Decir que pasamos divino. Que habría que ir más a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario