sábado, 30 de mayo de 2020
TRUMP VERSUS TWITTER
viernes, 29 de mayo de 2020
LOS INTELECTUALES Y EL CAPITALISMO
Encerrado en la cuarentena encontré
de casualidad un artículo interesante de un tal Robert Nozick sobre “La
Ilustración Liberal”, una conferencia que dio en el Trinity College, por el año
1984. Decía que hay una animadversión oculta contra el capitalismo por parte de
los intelectuales, y se pregunta: “¿Por qué se oponen los intelectuales al
capitalismo?” “Por qué son tan poco críticos con los sistemas alternativos?” Las
notas que saqué se resumen en 5 puntos:
1)
Intereses de grupo: les iría mejor en una
sociedad socialista, serían mejor remunerados, serían dirigentes. En el
capitalismo el protagonista es el empresario, el hombre de negocios. El
intelectual se sentiría mejor en La República de Platón, esa sociedad ideal
medio utópica que gobiernan los filósofos.
2)
Las dos ideas que representan la sociedad
capitalista son la libertad y los derechos individuales, pero no dicen mucho
sobre el resultado final, la sociedad del futuro.
3)
La actividad capitalista está motivada por la
codicia pura y simple. En cambio, la actividad intelectual está motivada por
amor a las ideas.
4)
Al intelectual le molesta un sistema cuyo camino hacia el éxito pasa por
el gusto del público, un público que es intelectualmente inferior a él. Los
intelectuales se resienten por tener que satisfacer las demandas del mercado.
Quieren los frutos del éxito sin bajar el nivel de sofisticación de sus
productos.
5)
Los intelectuales piensan que son las personas
más valiosas de la sociedad, pero el sistema capitalista no premia a los más
valiosos sino a aquéllos que satisfacen las demandas de los demás a traves del
mercado.
Este artículo de
Nozick es provocador, me anima para reciclar un blog que publiqué hace años
sobre “Arte comercial y Arte culto” que nunca me satisfizo del todo. Años
después, leyendo a nuestro artista conceptual Camnitzer y al sociólogo francés Bourdieu, se me prendió la lamparita
sobre cómo mejorarlo, lo que pienso hacer el mes que viene.
sábado, 23 de mayo de 2020
APUNTES SOBRE DERECHA E IZQUIERDA Nº 1
PROLOGO mayo 2020
Este invierno empiezo a publicar
en mi blog unos “Apuntes sobre Derecha e Izquierda.” Es un tema que me
obsesiona desde hace años, porque ya no comparto los tics habituales de la
izquierda, (solo me quedan recuerdos afectuosos de mi juventud), pero tampoco me siento cómodo con la derecha y sus
señorones, afectados de un viejo anticomunismo ramplón.
Emulando al célebre filósofo
Wittgenstein del siglo pasado, sobre cuál debe ser el rol del filósofo, trataré
solamente de aclarar para mí las ideas, definir los términos de la discusión, y
opinar lo menos posible sobre los temas políticos en sí. Mi pretensión oculta, sin
duda descabellada, es que algunos jóvenes militantes de un bando, o de un lado
de “la grieta”, puedan entender mejor al
otro, y puedan convivir en democracias
como la nuestra sin tanto enojo ni tanta violencia exacerbada por las redes
sociales..
FUENTES
Además de muchas horas de
navegación por Wikipedia y Google, varios textos me han servido de guía, en
particular “Derecha e Izquierda”, edición Taurus 1995, de Norberto Bobbio, intelectual
europeo que trató gran parte de su vida
de conciliar, para el tórrido sistema político italiano, al liberalismo con el socialismo, un poco a la
manera de las socialdemocracias nórdicas; también un ensayo de Perry Anderson “Liberalismo
y Socialismo en Norberto Bobbio”, publicado en Cuadernos Políticos, Nº 56.
México, 1989. en el cual se mencionan también otros autores que han pasado por
ambas corrientes ideológicas o tratado de conciliarlas: Bertrand Russel, Stuart
Mill, Hobson, Dewey, Rawls y otros.
ORIGEN
El binomio Izquierda-Derecha es
una “metáfora espacial” que se origina en plena Revolución Francesa cuando en
las Asambleas de los Estados Generales (clero, nobleza y pueblo)
convocadas por el rey Luis XVI en 1789,
los partidarios de mantener los poderes del rey se sentaban a la derecha de la presidencia y los
partidarios de recortarle dichos poderes se sentaban a su izquierda. (en realidad los representantes del Tercer Estado,
el “pueblo” era la creciente clase burguesa que quería acabar con los
privilegios de la nobleza y el clero) La díada izquierda-derecha quedó desde
entonces incorporada, y aceptada hasta hoy, en la terminología política o
ideológica.
UNA DEFINICION
Robert
M. MacIver, sociólogo,
filósofo, profesor de la Universidad de Columbia, estudioso de las
instituciones democráticas, definió los términos de
la díada en The Web of Government (1947):
“La derecha es siempre el sector partidario
asociado a los intereses de las clases altas o dominantes, la izquierda el
sector que representa intereses de las clases económica o socialmente bajas, y
el centro los de las clases medias. Históricamente este criterio parece
aceptable. La derecha conservadora ha defendido prerrogativas, privilegios y
poderes arraigados, la izquierda los ha atacado. Le derecha ha sido más
favorable a posiciones aristocráticas, a las jerarquías de cuna o riqueza; la
izquierda ha pugnado por la igualación de ventajas u oportunidades, por los
reclamos de los menos favorecidos En condiciones democráticas, defensa y ataque
se han encontrado, no en nombre de
clases sociales sino en nombre de principios, pero estos principios opuestos se
corresponden en general con los intereses de las diferentes clases.”
Reconocido
por su claridad expositiva, Maciver también era conocido por su simpatía por
las posiciones de centro, “the middle way” en Inglaterra. Claramente se
favorece en esta definición a la izquierda. Ningún derechista se identifica con
esa definición. Por esta y otras definiciones, los derechistas niegan la
validez actual del binomio. En la batalla por la hegemonía cultural de lo
políticamente correcto, la izquierda ha puesto a la derecha a la defensiva. Encuestas
de auto-percepción revelan a menudo una ubicación en la izquierda que no se
refleja necesariamente en las votaciones secretas. Predomina en las encuestas
de opinión una mayoría que se autodefine como de izquierda, un grupo importante
de electores que miente o esconde su intención de voto. Si desde la Revolución
Francesa la izquierda representa el cambio del Antiguo Régimen hacia la
Ilustración, de la Monarquía absolutista hacia
la República, la innovación y el progreso, y la derecha en cambio
representa la tradición y la conservación del pasado, ningún ciudadano se
siente cómodo en su categorización como derechista.
VALOR RELATIVO
Un término de la dicotomía tiene un significado relativo en
función del contexto histórico o de la posición del otro. Al principio de la Revolución Norteamericana
de 1776 y la francesa de 1789, el republicanismo de Jefferson y de Robespierre
representaba la izquierda, la superación
de los regímenes estamentarios, del feudalismo y las monarquías
absolutistas. Sin embargo hoy en día el Partido Republicano de los Estados
Unidos, (de Bush y de Reagan), se
considera la derecha del sistema de
partidos norteamericano, en relación a la izquierda, el Partido Demócrata de
Kennedy y Obama. Las palabras también
varían de significado según tiempo y lugar. Como veremos más adelante las
palabras república y democracia son hoy en día prácticamente sinónimos, y la
palabra liberal, en Norteamérica, no se
refiere a las ideas de Locke o Adam Smith o de los franceses del siglo XVIII,
fundadores del liberalismo político y económico, sino al ala izquierda de la
sociedad, o del Partido Demócrata, en
sus ideas y en las costumbres de su juventud, relajadas, licenciosas, laicas o
socializantes, en el consumo, el sexo, el arte, la política. En Europa y su inmensa zona de influencia
cultural, la izquierda, en casi todo el
siglo XX, está representada en cambio por el comunismo, el socialismo y la socialdemocracia, en relación a
los regímenes o ideologías de derecha que sostienen la economía de mercado y la
propiedad privada como sus componentes principales. A su vez, como veremos en
otros capítulos, en el imaginario colectivo la socialdemocracia se sitúa “a la derecha de la izquierda” por
mantener la economía de mercado, o “a la izquierda de la derecha” por sus
fuertes políticas sociales y distributivas.
viernes, 1 de mayo de 2020
SILVITA Y LA CUARENTENA
Mi amigo Juan Silva, rubio, bajito y de pelo crespo, se casó
con una antigua compañera de facultad algo menor que él. Como él tiene más de
75, ella lo calificó como población de
riesgo y a partir del 15 de marzo no lo dejó más salir a la calle, pagar
las cuentas, sacar la basura, ir a la feria y demás tareas propias del género
masculino, jaja. Además de apoderarse
del dinero y las tarjetas de débito, la pandemia le exacerbó a ella una antigua
obsesión compulsiva por la limpieza, y todos
los días vuelve del súper con variedad de desinfectantes y detergentes que
esparce por toda la casa con fruición, limpia la puerta de calle, la ropa, los
paquetes, la suela de los zapatos del azorado delivery que les trae el pedido, y
persigue a Silvita por toda la casa echándole alcohol con un pomo enorme como del
carnaval de los años cincuenta. Para peor, desde que asistió como oyente a
clases de perspectiva de género en
Humanidades y se junta con las mujeres de la movida feminista, dejó de ser la
señora modosa y complaciente que lo sedujo en los setenta, empezó a ir con un
tambor a las marchas del 8M y espetarle a Silvita largos sermones sobre cómo
deconstruir cuatro mil años de patriarcado y violencia machista, y ahora con la
pandemia y el encierro obligatorio ella
tomó el poder total de la casa y lo mandonea todo el tiempo y lo reta
por tirar migas al piso, colgar mal la toalla y esas boludeces, justo cuando
Silvita está mirando el noti con el parte diario de muertos y contagiados. Le
dice a su esposa: “cómo pretendés que en cuarenta días deconstruya lo que nos
llevó cuarenta siglos edificar?” Desesperado, algunas noches se desahoga
conmigo por el teléfono fijo, me dice
que el virus además de estar diseñado para castigar al capitalismo por sus
excesos, además de meterse en los pulmones de la gente para vengar al planeta asfixiado,
además de facilitar el control totalitario de la humanidad por el zoom y los celulares,
produjo una nueva generación de mujeres, que solitas sin el pit ceneté ni nada tomarán
el poder y construirán un mundo feliz, una nueva utopía, la nueva normalidad. Cuando lo veo así, para
calmarlo un poco le digo que mientras no vuelva el fútbol a la tele se viche
una serie de Netflix o agarre el libro del Crandon y cocine algo rico, que cocinar
es terapéutico, pobre Silvita.
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