Me llamó mi amigo Silvita para contarme que le pidió a María que con sus poderes divinos intercediera para que las nubes radioactivas de la guerra entre Pakistán y la India no lleguen a Occidente hasta después del final de la Copa UEFA, para poder ver a Levine Yamal jugar en el Barcelona y consagrarse como el heredero de Messi, pero a último minuto el Inter le ganó por un gol y quedó afuera, así que le habló de nuevo a María y le pidió que suspendiera su intervención y usara su infinita misericordia para causas más importantes, y que muchas gracias.
Estuviste muy bien Silvita, le dije. Te llevas a la cabaña de Villa Serrana arroz, papel higiénico y pasta de dientes para tres días y no te preocupes: acà en Uruguay las cosas llegan como veinte años más tarde y no pasa nada. Quedó contento, pobre Silvita.