domingo, 27 de abril de 2025

LOS DOS QUINTILES Y ANDRADE

          El otro día en un programa televisivo el senador Oscar Andrade demostró que conoce exactamente las causas de por qué dos quintiles de los uruguayos no pueden alquilar o comprar una vivienda, y terminan en los asentamientos irregulares, en el fondo de la casa de los padres o en pensiones de mal vivir o en la calle.  Siendo Oscar Andrade un tipo inteligentísimo, memorioso, gran polemista, con un verbo atropellado pero elocuente, me pregunto por qué hoy sigue siendo comunista. Me pregunto si cuando participa en una asamblea del Partido Comunista para votar su plataforma actual, 2025, y ésta habla de orientarse por la ideología científica del marxismo leninismo para conducir al pueblo al socialismo y a la posterior edificación del comunismo, cómo es posible que él, y Castillo, y Andrade  y otros dirigentes igualmente avispados levanten la mano y aprueben sin pestañear semejantes supercherías pergeñadas en 1848 y fracasadas una y otra vez en la Historia. Por lo menos los chinos de Deng Xiao Ping en 1980 desmantelaron los dislates del maoísmo, y aunque se siguieron llamando comunistas,  impulsaron  la propiedad  privada y la economía del mercado y China empezó a crecer al 9 por ciento anual durante 40 años y se transformó en la segunda o ya primera nación más potente del mundo. No con tanto éxito, los rusos de Gorbachov hicieron lo mismo en el 89 cuando cayó el muro de Berlín, y creo que los Partidos Comunistas de Cuba y Uruguay son los únicos en el mundo que siguen siendo comunistas y además lo dicen. En Uruguay la llamada clase trabajadora casi ni vota al Partido Comunista en las Elecciones Nacionales, pero en cambio admite que ese partido dirija al PIT CNT, porque es el que en los Consejos de Salarios supuestamente más se ocupa de que los sueldos no se achiquen con la inflación, y también se opone ardientemente a la desindexación de salarios u otras picardías que se le pudieran ocurrir a los economistas. Por supuesto que un país que tiene una poderosa Central Sindical dirigida por comunistas, cuyo principal objetivo es orientarse por la ideología científica del marxismo leninismo para conducir al pueblo al socialismo y a la posterior edificación del comunismo, nunca va a recibir muchas inversiones, y el país no va crecer, y esos salarios presuntamente ganados o defendidos por el PIT CNT tampoco van a crecer. Mientras la cultura popular hegemónica en los sindicatos, los liceos, las universidades y el carnaval sea la del odio al empresario y al mercado capitalista, el país va a seguir estancado y los salarios también, creciendo con suerte a un mediocre por ciento anual ni habrá plata para acceder a la vivienda o para la educación, la salud, la seguridad o la recolección de basura. Por supuesto que la hegemonía cultural de la izquierda no se debe a la eficiencia del relato del PIT CNT o del Frente ni a Gramsci ni a la torpeza del relato de la Coalición, como dicen Ignacio Posadas y Javier García, sino que los partidos Blanco y Colorado representan más bien los intereses y valores de las clases medias y altas porque han perdido en las últimas décadas la sensibilidad popular, el contacto, la participación y el afecto de los famosos “dos quintiles” que mencionaba Andrade.