Prólogo
Leí todo lo
que pude, bajé artículos de prensa uruguaya. americana y europea, pregunté a
los amigos que saben más, y me empantané en la historia de Europa, Rusia,
Ucrania y Crimea, y en su laberinto de siglos de infinitas batallas entre
eslavos, mongoles, tártaros, polacos, otomanos, rusos, católicos, ortodoxos y
musulmanes, hasta que un amigo con larga carrera diplomática en las Naciones
Unidas sugirió que me concentrara en Sebastopol, un pedazo de Crimea donde está
la Flota Rusa del Mar Negro. El hilo de Ariadna: “Es como si un día Escocia se
declarara independiente de Gran Bretaña, y entonces Inglaterra perdiera la base
naval con misiles atómicos que tiene en el norte de Escocia desde la Primera
Guerra Mundial”
Acontecimientos
importantes
En 1784,
Catalina la Grande, emperatriz de Rusia, le quitó Crimea al Imperio Otomano y
fundó allí la ciudad-puerto de Sebastopol, para establecer una base naval
artillada. El Mar Negro es la única salida a los océanos que tiene Rusia que
opera todo el año. Los demás puertos al norte se congelan en invierno.
En 1854
estalló la Guerra de Crimea, entre el Imperio Ruso y una coalición del Imperio
Otomano, Francia y el Reino Unido, coalición que gana la guerra después de once
meses de sitio y miles de bajas, pero en los tratados de paz subsiguientes
Crimea quedó en poder de Rusia.
En 1941 la
Alemania Nazi de Hitler sitió a Sebastopol, que resistió durante 250 días,
muriendo miles de soldados rusos.
En 1954
Rusia le transfiere Crimea a la República Socialista de Ucrania, en ese momento
totalmente integrada al Pacto de Varsovia.
En 1991 con
la caída de la URSS, Ucrania deja de ser la República Socialista de Ucrania y
pasa a ser independiente, pero con Crimea y Sebastopol incluidos. Por el uso de
la base naval, Rusia le pagó un alquiler a Ucrania hasta el 2014.
En 2014 se
producen en Ucrania manifestaciones antigubernamentales y graves
enfrentamientos entre ucranianos europeístas y prorusos. Putin aprovecha las
circunstancias para invadir, quedarse con Crimea y Sebastopol y atizar el fuego
de los prorusos secesionistas.
En 2019
asume la presidencia Zelenski, que manifiesta desde un principio la voluntad de
Ucrania de pertenecer a la Unión Europea, recuperar Crimea y acercarse a la
OTAN.
En 2022
Rusia invade Ucrania e inaugura la primer guerra europea del siglo XX1.
Comentario
Era
cuestión de tiempo para que la enorme nación, que nunca conoció la democracia
plena, y nostálgica del Imperio de Catalina la Grande, y de la poderosa URSS,
que perdió decenas de miles de soldados en la Guerra de Crimea y otras decenas
de miles en la famosa batalla de Sebastopol, encontrara la ocasión y al déspota
adecuado para recuperar esos dos lugares estratégicos y emblemáticos de la
historia rusa.
Fueron malos
cálculos del joven presidente Zelensky, de los países que mandan en la OTAN
(USA, Inglaterra, Francia, Alemania), y del megalómano dictador Putin, que desperdiciaron la ocasión para
negociar, de alguna manera digna, un status de Crimea y Sebastopol
satisfactorio para ambas partes.
El arte
y la guerra
León
Tolstoi, uno de los más importantes escritores rusos, autor de “La guerra y la
paz” y “Ana Karenina”, participó siendo muy joven en la Guerra de Crimea como
oficial de artillería, y escribió “Relatos de Sebastopol”, sobre su experiencia
bélica.
Grigori
Potiomkin, príncipe, estadista, amante y amigo de Catalina la Grande, fue el
líder militar que fundó la base naval de Sebastopol. En su homenaje, uno de los
grandes acorazados de la flota rusa fue bautizado con su nombre. En 1905 se
produjo la primera revolución importante contra el zarismo, antecesora de la de
1917. La tripulación del acorazado, que estaba en Odessa, muy cerca de Crimea,
se rebeló contra sus oficiales por los malos tratos y la pésima alimentación, y
tomó el poder del barco. El episodio quedó inmortalizado en la película muda de
1925 de Sergio Eisenstein, “El acorazado Potemkin”, considerada una de las mejores
películas de todos los tiempos.