APUNTES SOBRE FEMINISMO Nº
3. Patriarcado. 10 d febrero de 2018.
Dice la Real Academia
Española en su versión actualizada de 2017, que patriarcado es una “organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por un varón jefe de cada familia, exten-diéndose este poder a los parientes aun lejanos de un mismo linaje”.
El movimiento feminista por supuesto rechazó esta definición
“seguramente redactada por hombres”, porque esconde el rol actual del patriarcado,
aun dominante en la abrumadora mayoría
de las culturas (primitivas, modernas, desarrolladas o contemporáneas).
A lo largo de la historia numerosos pensadores sabios y
religiosos han estigmatizado a la mujer como un ser inferior y sucio, le han
negado su calidad humana como “criatura sin alma” y han legitimado en su contra
la violencia y la hoguera por ser instrumento del diablo. Aun en la época
moderna, venerados científicos, filósofos y artistas como Freud, Einstein,
Jung, Nietzche, Schopenhauer, Roussau, Picasso, y otros, se han referido a las
mujeres como seres inferiores.
Las ideologías patriarcales construyen las diferencias entre
hombres y mujeres de manera que la inferioridad de la mujer es entendida como
biológicamente inherente o natural.
El patriarcado es la institucionalización del dominio histórico,
masculino, sobre las mujeres, los niños, los demás miembros de la familia y la
sociedad en general. Los varones ejercen su dominio en todas las instituciones consideradas
importantes de la sociedad, como el lenguaje, la educación, la política, el
gobierno, la iglesia, las fuerzas armadas, la economía, el derecho, y todo lo que sea del ámbito público. Conceden
a las mujeres el dominio parcial del ámbito privado, el rol de esposas y
madres, la familia, la crianza de los niños, las tareas domésticas, el cuidado
de los ancianos.
Se ha justificado que
las mujeres no necesitan representación social o política porque el jefe de
familia patriarcal encarna los intereses de todos sus integrantes. Así, los
derechos ciudadanos a votar y ser votados se consagró solamente para los
hombres por actuar en el ámbito público, y no para las mujeres, relegadas a la
privacidad del hogar y la familia.
Por eso, la llamada primera
ola del feminismo, siglo XIX y principios del XX, centró su militancia en torno al sufragio y
la educación, logrando que las mujeres pudieran votar por primera vez hace solamente cien años (Gran Bretaña 1918).
El dominio patriarcal se ejerce a través de las instituciones
nombradas y sobre todo a través de la violencia física, la violación y el abuso
en el seno del hogar.. Hasta hace muy poco no se castigaba la violencia en el
matrimonio, en la libreta se
establecía la obligación de obedecer al marido, la mujer perdía su apellido, etc. El acoso en el ámbito público, (callejero,
laboral, educativo, etc) recién ahora se denuncia pero no se castiga.
El lenguaje es una de las instituciones más sexistas del
patriarcado. Las palabras hombre y mujer designan categorías que están en una
relación jerárquica. Uno de los términos se refiere a la especie como un todo,
subsumiendo al otro a un nivel más bajo.
Mary Wollstonecraft, pionera total en el siglo XVIII, en su obra
“Vindicación de los derechos de la mujer” (1792), argumenta que las
mujeres no son por naturaleza inferiores al hombre, sino que parecen serlo
porque no las dejaron estudiar, y que las mujeres deberían ser tratados como
seres racionales en lugar de ser tratadas como estúpidas. “Enseñadas desde
su infancia que la belleza es el cetro de las mujeres, la mente se amolda al
cuerpo y, errante en su dorada jaula, solo busca adornar su prisión”.
Hasta mediados del siglo XX los términos de sexo y género se confundían
casi como sinónimos. A partir de la décadas del 60, en el marco del jipismo, la
lucha por los derechos civiles, la guerra de Vietnam, la libertad sexual, etc, el
movimiento feminista se empeñó en la separación del concepto de género del de sexo, como la herramienta idónea para combatir el patriarcado.
Al definir al género como una construcción social y cultural, la mujer
se puede liberar de los roles que el patriarcado espera de ella, como la obligación de ser madre y quedarse en el hogar
y ser tierna, iletrada, sumisa, económicamente dependiente del marido, etc, y
salir en cambio a estudiar, trabajar, militar en política y realizarse como ser
humano integral.
(Fuentes: ¿Qué es la teoría de género? de Claudia Peiró;
Feminismo, género y patriarcado, de Alda Facio, y diversos sitios de Google, Wikipedia.
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