Lia Thomas en el podio, campeona nacional
El movimiento feminista y su primo hermano, el movimiento LGBTI,
conforman la revolución social más importante de los últimos cien años, y llegó
para quedarse, pero cobró una fuerza arrolladora en los últimos decenios, sobre
todo cuando descubrió que se podía separar el concepto de género del concepto
de sexo, denunciando los roles que el patriarcado asignaba a las mujeres
arbitrariamente, con ánimo de dominio, y en detrimento de sus derechos humanos elementales.
El movimiento feminista llamó a este descubrimiento “teoría de género” o
“perspectiva de género”, pero algunas líderes incurrieron en excesos
extremistas y exageraciones varias que sus enemigos de la derecha conservadora,
como Trump, Bolsonaro o Manini, aprovecharon para calificarlo como “ideología
de género” en un sentido despectivo o peyorativo.
LA CARRERA DE NATACION
Lía Thomas es una mujer norteamericana, nadadora y transgénero, que
había sido un hombre pero que en algún momento sintió y decidió que quería ser
mujer. En marzo del 2022 la dejaron competir en las 500 yardas de los
Campeonatos Universitarios Nacionales de USA con otras nadadoras y les ganó la
carrera por varios cuerpos. Se ganó la medalla de oro y la furia de todas las
rivales que se habían entrenado años para ocupar el podio. A diferencia de las
mujeres transexuales, que en general toman hormonas y se operan para parecerse
un poco a las mujeres comunes, las mujeres transgénero no modifican su cuerpo, así que cuando las
nadadoras iban al vestuario a ducharse, tenían que soportar a Lía Thomas
exhibiendo sus prominentes genitales masculinos.
PERSONAS QUE MENSTRUAN
En Inglaterra, hace unos años, una institución que se encargaba de
servicios de la salud reproductiva femenina se propuso actualizar su lenguaje,
hacerlo más inclusivo, y por juntar en sus textos a las mujeres y los hombres
trans, resolvió eliminar la palabra mujeres y crear una nueva categoría:
personas que menstrúan. Entonces J.K. Rowling, la célebre escritora de las
novelas de Harry Potter se burló públicamente del dislate y dijo que no creía
demasiado en las personas trans. En las semanas siguientes, cientos de miles de
lectoras de Rowling la denunciaron y
borraron de sus redes sociales y listas de lectura.
Estos dos ejemplos del mundo LGBTI demuestran que efectivamente hay mucha
intolerancia, un “fascismo de izquierda” en algunas políticas “identitarias”, en
la cultura “woke” y en la costumbre de la “cancelación”, pero todo eso lo
contaremos la semana que viene.
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