viernes, 17 de febrero de 2023

EL PARTIDO INDEPENDIENTE


            Me encanta Pablo Mieres, el líder del Partido Independiente. Serio, honesto, razonable, muy respetado por la izquierda y la derecha, se desempeña muy bien como Ministro de trabajo, haciendo de puente entre los sindicatos, que siempre van por más, y la Ministra de Economía, que también es seria y tiene que cuidar la plata del Estado.             

         El problema que tengo con Mieres es que lidera el Partido Independiente con demasiado personalismo. Siempre está sólo a pesar de que tiene gente muy valiosa en su entorno, pero no la muestra, no la lleva a las entrevistas. Pienso en Heber Gatto, Iván Posada, Daniel Radío, Mónica Bottero, Gerardo Sotelo, Alvaro Ahunchaín, Conrado Ramos, por nombrar los más mediáticos. Tampoco tiene Mieres un tremendo carisma, como Manini o Mujica, como para por sí sólo, seducir a un pueblo. En las elecciones pasadas sacó apenas el 1 por ciento de los votos (un solo diputado: Mieres) y tuvo la suerte de que lo nombraran Ministro. 

            El Partido Independiente, (precioso nombre, además), es atractivo para aquéllos intelectuales, periodistas, profesores o artistas que no quieren verse demasiado comprometidos con alguna de las dos coaliciones enfrentadas por la grieta. Es un voto aséptico. Es como ser hincha de Wanderers, ampliamente tolerado y querido por los patéticos equipos grandes de Nacional y Peñarol. Es un Partido de Centro por antonomasia: socialdemócrata, moderado, liberal y socialista, conservador y progre. Ni fu ni fa, pero aparentemente innecesario (o imprescindible?) en esta época de enfrentamientos en todo el mundo, entre una derecha irresponsable que cree que el capitalismo liberal ganó para siempre, y una izquierda marxista derrotada que se atrincheró en la corrección política, el suprematismo moral, en la defensa a outrance de todas las minorías. 

        El problema es mundial, la culpa no es sólo de Mieres. En todo el mundo la grieta, como un agujero negro se devora los votos del centro. Pero aún así, el Partido Independiente podría ser más exitoso si Mieres abriera el juego a todo su equipo. Sería bueno para la democracia, quizás.


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