IZQUIERDA, SÍMBOLOS Y ECONOMIA
El periódico “La Diaria” a veces trae artículos muy buenos
que no aparecen en otros medios. El ocho de diciembre publicó un reportaje que
le hicieron en Buenos Aires a Alvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia
desde 2006 hasta hoy. Con un lenguaje perfecto, profundo y articulado, García
Linera menciona éxitos obtenidos por la izquierda en el campo de las
estructuras simbólicas y de los preceptos morales en este siglo XXI, y de cómo se pueden perder si no se sostienen
en una economía sustentable en el tiempo.
Destaca cómo la izquierda logró superar la vieja discusión del
sujeto de la historia y ha sabido reconocer diversos bloques sociales multi-identitarios:
indígenas, obreros, urbanos, mujeres, etc. Ha sabido superar la vieja limitación en torno a la libertad,
porque ha participado en la construcción de la voluntad colectiva sin coacción.
Ha sabido dialogar o incorporar el movimiento despatriarcalizador. Ha respetado
el movimiento descolonizador de pueblos indígenas. Incorporó los lenguajes e
identidades de las múltiples clases trabajadoras que no se asientan en las
fábricas. Ha reivindicado siempre el valor de la igualdad.
Gracias a estas actualizaciones de la izquierda, en su mayoría
de índole cultural y simbólica, numerosos sectores pobres sintieron que
ascendían, o ascendieron efectivamente, a la clase media. Si la lógica del
ascenso es sostenible, estos sectores van a crear una nueva clase media que
va a contener (enfrentar) la reacción
rabiosa y visceral de la vieja. Pero también destaca que las izquierdas no han
resuelto bien el tema de la economía. No se ha podido avanzar en una economía
fundada en la solidaridad (se refiere a empresas autogestionadas, mercados
sociales, etc) Si los sectores populares
emergentes no ven perspectivas de estabilidad y ascenso, fácilmente vuelven a
caer en la lógica discursiva común, tradicional y conservadora de las viejas
clases dominantes. Paradójicamente los pobres que se volvieron clase media
votan en contra de los que los volvieron clase media. Si has experimentado la
inclusión y ésta está en riesgo por las malas decisiones de los gobiernos, este
discurso te capta para enfrentar a los que promovieron el ascenso. Finalmente
todo depende de la economía. El mundo de
las ideas y de los signos va a jugarse en decisiones económicas.
Lamentablemente el reportaje termina con un vago llamado de García Linera a la
cohesión, la contención, la irradiación, en una política defensiva hasta que
pase la tormenta. Como pasa siempre con los voceros de la izquierda, no se le
ocurre mencionar que el vuelco a la derecha de los sectores emergentes pudiera
estar motivado además por la incapacidad de la izquierda para contener la
corrupción, la delincuencia, el narcotráfico, la inmigración desaforada, la
mala educación, la burocracia, la marginación, etc. Tampoco se le ocurre
mencionar que hay una economía liberal, capitalista,
de empresa privada, de mercado, que a veces funciona mejor que la economía de
la solidaridad. Quizás lo más interesante del artículo es que García vuelve a
integrar conceptualmente la batalla cultural con la batalla económica, en una
dialéctica más libre y fluida que la vieja tesis marxista. La Diaria dice que
hay una versión de la entrevista en www.revistacitrica.com
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