lunes, 4 de septiembre de 2017

LOS BYPASS

LOS BYPASS                                                    Junio del 2016
Mi querida familia que es medio endógena y se mueve en bandada como  japoneses o pájaros,  entró a darse manija con mi salida prematura del sanatorio después de una operación sencilla de corazón, y empezó a llamarme para que retrasara mi salida de Impasa con el fin de evitar el frío de la calle, la subida de la escalera, etc. Sugerían que yo fingiera dolores inexistentes o fatigas varias. Los arquitectos de la familia adujeron que mi escalera del siglo XIX de cuatro metros de altura  no cumplía con la ecuación de Blondel (escalones de 18 X 28) y que yo debía llamar a la Coronaria para que dos forzudos me subieran en vilo.  A todo esto yo me venía escribiendo desde el CTI con Elena  en Milán para presentar a un concurso una obra contemporánea conjunta, pero sin contarle de mi crisis cardíaca.  Era una escultura “moderna” con pinta de los sesenta, a la cual Elena debía agregarle unos bichos inquietantes. Representaba “la Modernidad amenazada por la Medialuna Islámica, la Hamburguesa de Macdonald y la Pizza con Champán Sudaca”, o algo así. Pero Elenita volvía justo el día que había que entregar las carpetas, por lo que el proyecto era inviable. Me olvidé además que Eloísa era como culo y calzón con Elenita y enseguida la  enteró de mis  by-passes y además le dijo que casi me moría, lo cual no era cierto porque yo me hubiera enterado.  En plena convalecencia estuve considerando, en cambio,  presentar una obra autoreferencial: el video de un catéter entrando por "Mis Arterias coronarias tapadas por la basura del Consumismo capitalista y Patriarcal" o algo así.  Al final me incliné por la escultura, pero los bichos inquietantes los tuve que hacer yo, hubieran quedado mejor los de Elenita. La obra fue rechazada.

                  
                                                     150 x100, poliestireno, tela, papel, acrílico, tinta china, madera, 2016.


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