lunes, 9 de marzo de 2020

FEMINISTAS LIBERALES Y RADICALES



La semana pasada coincidieron: la asunción de un gobierno liberal de centro-derecha en lugar de un gobierno socializante de centro-izquierda, y la marcha feminista del 8M. Colectivos feministas radicales insultaron con carteles a Beatriz Argimón, flamante Vicepresidenta electa y feminista liberal de larga data, tratando de disputarle el poder en la calle después de perderlo en las urnas. "Argimón no me representa” dicen las radicales, y "estas revoltosas no me representan", dicen las feministas liberales, optando algunas por no ir a la manifestación.  Nunca pude dilucidar si el progreso de la humanidad lo forjan los moderados con su prudencia, sentido común y trabajo silencioso, o los extremistas con sus dislates ruidosos y pasionales. Probablemente el progreso  lento y azaroso de la humanidad sea resultado de una combinación de ambas posturas. Ahora, por belloto, moderado por defecto, me impongo la misión absurda de ser conciliador y mediador entre dogmatismos opuestos (Bobbio dixit, pero en épocas de grandes grietas debe ser una boludez). De cualquier manera  estos meses anduve regalando Feminismo para Principiantes, de Nuria Varela, porque había notado que un montón de amigos sesentones, buenos ciudadanos, buenos esposos y padres, seguían negando la justicia de la mayor parte de las reivindicaciones feministas, o que en todo caso en Uruguay ya habian sido satisfechas, conquistadas y resueltas. Esta actitud de los hombres "de bien" es lo que las feministas liberales  llaman patriarcalismo inconsciente y las radicales califican como reacciones egoístas de unos reverendos hijos de puta en defensa de sus privilegios amenazados.  La verdad es que los hombres mayores tenemos el patriarcalismo tan incorporado en los genes que no nos damos cuenta de nada ni entendemos nada, sobre la opresión constante y cotidiana que sienten las mujeres en la casa, en el trabajo, en la calle, en la iglesia, en el bar, en el tránsito. en la universidad, en la sala de partos. Tanto es así que el ex general Manini, profesor de historia, relacionó, hace unos días,  el envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad con el feminismo, el movimiento LGBTI, las lesbianas, los anticonceptivos, el aborto, la negativa de algunas mujeres a jugar el rol de amas de casa y criadoras de hijos, etc, y Villar, flamante candidato del Frente,  legendario médico que transformó el Hospital Maciel en un ejemplo de excelencia en la gestión pública, se pisó el palito twiteando   “Las mujeres no valen tanto como los hombres, valen más, lo que no impide celebrar esa maravilla llamada femineidad”. Pobre Villar, le dieron como adentro de un gorro. Las decenas de miles de jóvenes que fueron el 8M a la manifestación todavía se deben estar riendo,o llorando. ¡Manini y Villar, a clase, se acabó el recreo!” 

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